Construida bajo el Palacio de los Pinós y resguardada por las antiguas murallas, el casco antiguo de la población conserva la belleza del conjunto medieval. La plaza Galceran de Pinós, rodeada por soportales con edificios de notable antigüedad, destaca el papel de capital histórica de la población en El Berguedà. Con el Centro Medieval y de los Cátaros, se ha convertido en el punto de partida de rutas tan emblemáticas como el Camí dels Bons Homes o las pistas de esquí de Coll de Pal.
El primitivo pueblo de Bagà está documentado desde el siglo IX como una de las posesiones meridionales del condado de Cerdanya. De todos modos, la actual población tiene sus orígenes en la carta de población otorgada por Galcerán IV de Pinós en 1233.
Precisamente el linaje de los Pinós fue artífice del importante papel histórico que tuvo Bagà como centro de las posesiones familiares y capital de subcomarca del Alt Berguedà. El mismo Galcerán IV asentó las bases del desarrollo de la población, con la concesión de mercado los miércoles y el diseño del tejido urbano.
El crecimiento de la villa fue rápido y en 1322 se inició la construcción de las primeras casas fuera de las murallas, el llamado Raval. El siglo XIV también estuvo marcado por la peste negra, el reforzamiento de las fortificaciones de la población y el paso del rey Pedro III.
Ya en el siglo XV, Bagà quedó bastante afectada por los terremotos de 1420-1430, y aún más por la guerra civil de la Generalitat contra Juan II, que enfrontó el pueblo de Bagà con sus propios barones. También la Guerra de los Remensas de finales de siglo tuvo Bagà como escenario, cuando el cabecilla remensa Francesc de Verntallat controló la población.
El siglo XVI llega marcado por la extinción de la línea heredera de los Pinós, que cambia de manos varias veces (Castre-Pinós, duques de Alba) hasta llegar a los duques de Medinaceli. Las pestes (1589, 1651) y las guerras (de los Segadores, 1640-1652, y de Sucesión, 1700-1714) diezman la población, que hasta entonces había sido la segunda de la comarca después de Berga.
La paz de las siguientes décadas del siglo XVIII favoreció la pujanza de las actividades económicas basadas en la manufactura textil de la lana, el lino y las medias, así como la tornería de madera y la forja de hierro. Una bonanza que se vería interrumpida en el siglo XIX por la Guerra del Francés, las siguientes guerras carlistas y el abandono del pueblo por parte de los señores.
El siglo XX empieza con una incipiente industria textil favorecida por el aprovechamiento de la energía hidráulica y la llegada del ferrocarril al pueblo vecino Guardiola de Berguedà. Después de la Guerra Civil llegó la inmigración, en el mejor momento de la minería de la zona, que quedó cortada con la crisis sectorial de la década de 1980. Actualmente Bagà se define como una villa de servicios encarada hacia el turismo.
El municipio de Bagà, que forma parte del Alt Berguedà, se encuentra en los Prepirineos y al noroeste de la ciudad de Barcelona. Está situado en las vertientes meridionales de la cordillera del Cadí-Moixeró y de la Tossa d'Alp (Pirineos orientales), en los valles excavados por el río Bastareny y el Gréixer, afluentes del Llobregat.
Antigua capital de la baronía de los señores de Pinós y Mataplana, Bagà todavía conserva una villa medieval construida en el siglo XIII, donde destaca la espléndida plaza Porxada, así como el sector de las murallas, con la torre de la Portella y un antiguo portal. En la parte alta del núcleo está el antiguo palacio de los barones de Pinós, con una exposición permanente sobre los cátaros.
Fuera de los antiguos muros encontramos la iglesia de Sant Esteve, una construcción de transición del románico al gótico de los siglos XIII y XIV.
En los alrededores de la villa podemos visitar el santuario de Paller, del siglo XVIII. La estructura y ornamentación del retablo principal es de estilo barroco. Para descansar, justo al lado disponemos de una zona de recreo. Muy cerca se encuentran dos fuentes, la de los Banyadors y la del Sofre, con propiedades terapéuticas.
En un paraje situado entre Bagà y Gisclareny está Sant Joan de l’Avellanet, una pequeña iglesia románica. Cerca de ahí encontramos una fuente de agua fresca, de donde sale un bonito itinerario de naturaleza con la flora y la fauna propias de la región. Unos puntos de observación nos permitirán observar los pájaros más habituales de esta zona.
El puente de la Vila o puente románico es otro de los sitios de cariz medieval que posee esta población milenaria.
Imprescindibles:
- Perderse por las calles y plazas del núcleo histórico de Bagà.
- Pasear por el Parque Natural del Cadí-Moixeró.
- Visitar la iglesia de Sant Esteve.
- Hacer la ruta de los Caballos del Viento.
- Ver las antorchas Fiesta de la Fia-faia.
- Pasear por los alrededores de Sant Joan de l’Avellanet.
- Visitar el antiguo palacio de los barones de Pinós.
El municipio ofrece muchos itinerarios por la naturaleza y por el barrio antiguo, como la ruta de los Contrabandistas, el itinerario medieval por el núcleo urbano, la excursión a Riugréixer o, para los más deportistas, la ruta de los Empedrados. Asimismo, es muy recomendable acercarse a las numerosas fuentes del término, rodeadas de zonas de ocio.
En cuanto a los deportes de invierno y montaña, el municipio nos ofrece las pistas de esquí alpino de Coll de Pal.
Si se habla de fiestas, la de la Fia-faia es una de las más importantes de la villa, aunque tal vez la más histórica es la Fiesta del Arroz (o comida de los pobres, tal como se denominaba antiguamente), que se celebra el segundo domingo de febrero y de la cual se tiene documentación desde el momento de la fundación del municipio.
La ruta de los Caballos del Viento es una travesía por el Parque Natural del Cadí-Moixeró –cuyo centro de información se encuentra en Bagà–, que con toda seguridad nos deleitará por su belleza natural.
- Las fuentes de l'Adou.
- Sant Llorenç prop Bagà.
- El puerto de Pal.
Un factor importante en la economía del municipio es el turismo, gracias a los establecimientos de turismo rural y agroturismo. Además, la economía se divide entre la explotación forestal, la ganadería ovina y bovina y la agricultura.